Facebook bloqueó y suspendió mi cuenta mientras trabajaba en ella, y me obliga a apelar para conocer sus razones. La única razón que puedo discernir es que me dediqué —¡cómo no!— a bloquear la infinidad de porquerías e insulseces que pretendían que siguiera. Estaba en eso, bien lateado por lo demás, cuando, abruptamente, me quitaron todo de las manos y me avisaron que, a partir de ese momento, mi cuenta quedaba bloqueada para todo el mundo. Sólo que no me devuelven, ni me aseguran nada al respecto, mis datos personales, de los cuales ya se han adueñado miserablemente, como los antiguos piratas ingleses.

Estos señores —Meta e Instagram, y gran parte de las multinacionales tecnológicas, en realidad— son el mayor peligro para la supervivencia de la cultura occidental y universal en sus valores más esenciales. Con su tecnología digital invaden nuestra privacidad como nadie lo ha podido hacer antes. Imaginen solamente que Hitler, Stalin, Goebbels y otros tales, hubieran dispuesto de estas tecnologías; estaríamos bailando otro compás. Pero es cuestión de tiempo. Con estos señores ha llegado ya el FASCISMO TOTALITARIO 2.0; aún está en pañales pero ya sus heces huelen muy mal. Estos son los campeones del ¡Deja todo en nuestras manos! Po supuesto, ¡y abre bien la boca para que nuestra manos enteren hasta el codo!

Bien, en concreto, el objeto de esta publicación y DENUNCIA PÚBLICA, es advertir a los interesados —nunca tan oportunamente dicho— que cualquier uso de mis datos personales de los que se pueda, al menos fundadamente, sospechar que su fuente sea Facebook o Instagram, SERÁ INVESTIGADO acuciosamente, y en caso de probarse la imputabilidad del casi, SERÁ PERSEGUIDO LEGALMENTE SIN MIRAMIENTOS.